«¿Es posible viajar en el tiempo?
¿Podemos abrir un portal al pasado o encontrar un atajo al futuro?». El genial
físico británico Stephen Hawking se hacía estas preguntas en un artículo publicado en el diario Daily Mail. El cosmólogo
ofrecía no sólo una, sino tres fórmulas teóricamente realistas para responder a
su pregunta, tres propuestas que pueden hacer posible una idea que durante
mucho tiempo ha sido una herejía científica. A su juicio, una aventura semejante
ya no es tan descabellada.
Para empezar, Hawking sugiere que es
indispensable abrir la mente a la idea de la cuarta dimensión: el tiempo. El
científico utiliza un ejemplo muy sencillo, el de la conducción. Cuando hacemos
un viaje en automóvil y conducimos en línea recta, viajamos en una dimensión.
Si giramos a la derecha o al izquierda, añadimos una segunda dimensión. Si
además subimos o bajamos una carretera de montaña, encontramos la tercera. La
cuarta dimensión es el tiempo, pero ¿cómo encontramos un camino para viajar a
través de él?
1- Los agujeros de gusano:
«Las películas de ciencia ficción
muestran una vasta máquina hambrienta de energía que crea un túnel a través del
tiempo. Un viajero del tiempo, un valiente, preparado para quién sabe qué,
entre en el túnel y emerge quién sabe dónde (...) La realidad puede ser muy
diferente a esto, pero la idea en sí no es tan loca», admite Hawking en su
artículo. Para los físicos, los túneles en el tiempo pueden ser los agujeros
de gusano. «Están a nuestro alrededor, en las grietas del espacio y del
tiempo, pero son demasiado pequeños para poderlos ver», explica el científico.
«En la escala más pequeña, incluso más pequeña que las moléculas y los átomos,
existe la espuma cuántica. Aquí es donde existen los agujeros de
gusano, pequeños túneles o atajos a través del espacio y el tiempo se forman y
desaparecen constantemente».
Por desgracia, estos túneles son
demasiado pequeños para que un ser humano pueda mirar por la cerradura. Miden
sólo mil millones de billones de una billonésima de centímetro, pero quizás sea
posible coger uno de ellos y hacerlo lo suficientemente grande para el ser
humano o incluso para una nave espacial. De esta forma, podríamos viajar a
otros planetas situados a años luz de distancia o «quizás los dinosaurios de la Tierra podrían ver
aterrizar una nave».
Claro que el agujero de gusano tiene un
pequeño problema, lo que Hawking llama la «Paradoja del científico loco».
¿Qué pasaría si un científico usa el agujero para disparar contra su yo del
pasado? Ahora está muerto, pero ¿quién disparó? Es una paradoja, no tiene
sentido. El tipo de situación que provoca pesadillas a los físicos. Este tipo
de máquina del tiempo violaría una regla fundamental que gobierna el
universo entero: las causas suceden antes de los efectos, y nunca al revés. El
viaje al pasado sería imposible, pero, ¿y al futuro?
2) Los agujeros negros:
«Nos parece que el tiempo fluye como un
río, a diferentes velocidades en diferentes lugares, y esa es la clave para
viajar al futuro», explica Hawking. Esta idea fue propuesta por Albert Einstein
hace cien años, al darse cuenta de que debería haber lugares donde el tiempo
corre más lento y otros donde se acelera. «Tenía razón y la prueba está sobre
nuestras cabezas», en el espacio, dice Hawking. El tiempo va más rápido en
el espacio. Dentro de cada nave espacial hay un reloj muy preciso, pero a pesar
de ello, todos ganan alrededor de un tercio de billón de segundo cada día. El
problema no está en los relojes. Lo que ocurre es que la masa de la Tierra arrastra al tiempo y
lo hace más lento.
En el centro de la Vía Láctea , a 26.000
años luz de nosotros, está el objeto más pesado de la galaxia: un agujero
negro super masivo que disminuye la velocidad del tiempo más que cualquier
otra cosa en la galaxia. «Es como una máquina del tiempo natural», dice
Hawking. Si una nave espacial entrara en la órbita en el agujero, tardaría 16
minutos en completar una órbita para la agencia espacial que controlara la
misión desde Tierra. Para los astronautas, sólo habrían pasado 8 minutos. Si
pasaran orbitando cinco años, en realidad habrían transcurrido diez. Cuando
llegaran a la Tierra ,
todos los demás habrían envejecido cinco años más que ellos. ¿El problema?
Acercarse a un agujero negro es excesivamente peligroso.
3) Viajar a casi la velocidad de la luz :
A la tercera va la vencida. Para Hawking, la solución puede pasar por viajar
muy muy rápido, más aún que la velocidad requerida para evitar ser arrastrados
por un agujero negro. Según Hawking, viajar a casi la misma velocidad de
la luz, 186.000
millas por segundo, nos transportaría al futuro. Para
explicarlo, el científico imagina un tren superveloz que diera vueltas a la Tierra 7 veces por segundo,
lo que no alcanza la velocidad de la luz, algo que las leyes de la física
prohíben. Entonces el tiempo empieza a transcurrir lentamente a bordo, como si
estuviéramos cerca de un agujero negro, pero en mayor medida, como en cámara
lenta. En una semana, el tren viajaría cien años en el futuro. Por supuesto,
construir un tren que alcance esas velocidades es imposible, pero hemos
construido algo muy parecido: el acelerador de partículas LHC del Centro Europeo de
Investigaciones Nucleares (CERN) en Génova, Suiza. Lo sabemos por unas
partículas,pi-mesons,
que generalmente se desintegran ipso facto pero que, cuando son aceleradas a
casi la velocidad de la luz, duran 30 veces más.
Hawking concluyen que si queremos viajar
al futuro, simplemente tenemos que ir muy rápido, algo que sólo es posible en
el espacio. Para ello, haría falta una nave 2.000 veces más rápida que el
Apollo 10, de enorme tamaño y que pudiera cargar una gran cantidad de
combustible, lo suficiente para acelerarla a casi la velocidad de la luz. «Cuatro
años después de haber despegado, la nave comenzaría a viajar en el tiempo. Por
cada hora en la nave, dos pasarían en la Tierra », explica. Después de otros dos años de
velocidad máxima, la nave llegaría a su tope, el 99% de la velocidad de la luz.
Entonces, sólo un día a bordo representaría un año en la Tierra. Nuestra nave
volaría al futuro.
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